I Carrera de Montaña Sierra de Chiva: Menuda experiencia

Primero de todo: Gracias a mi mujer por aguantar mis madrugones, mis excesos, mis caprichos, a cambio de un poquito más de sacrificio suyo. Todo esto sería imposible sin tu apoyo y sabes que para mi es algo vital.


Gracias Pez. Sin palabras amigo. Ya hemos comentado mucho y no hace falta que me extienda.

Ya empiezo. Pues eso, que menuda experiencia. Primera carrera de montaña, además jamás había corrido más de 35Km... y por terreno llano. Esto por poneros en antecedentes. A partir de ahí, 3:15AM en pie, 3:40AM en el garaje con el Pez, 4:00AM en San Vicente con Desafío Vicente (monstruo, enhorabuena), 6:00AM en el polideportivo de Chiva, 7:00AM Salida. Ahí va eso: 64Km y +3000m de desnivel por delante. A disfrutar.

No quiero limitarme a hacer una crónica de la carrrera. Quiero compartir la increible experiencia de ayer. Comparto casi un día entero con un gran amigo. Sonrío desde el minuto uno y sólo dejo de sonreir en unos momentos un poco duros. Llego a la meta en 9h39min sonriendo, con mi amigo y descalzos, un toque más de libertad, complicidad, simplicidad, realismo.

Durante esas casi 10 horas, cuando no llegábamos todavía al tercio de carrera, mis músculos avisan de una forma muy extraña. Se contraen de forma brutal y me impiden casi moverme. Todo esto a mitad de la subida más dura de toda la carrera. Con el apoyo de mi compi, llegamos al Km 28 donde no puedo más y necesito sentarme. Mis muslos parecían haber engullido dos pelotas de tenis. Impresionante ver como tus mulsos se contraen de forma alarmante. Momento crítico, me sabe mal por mi amigo, me siento fracasado, pero él está ahí y me da apoyo. 8 minutos después, en pie y consigo andar sobre una pista más o menos llana. En la primera bajada técnica intento trotar y me soprendo ya que me sienta bien y me relaja algo los músculos. Todavía quedan 36Km. Desde ahí al final, aprendo a convivir con el dolor, a controlar mi cuerpo, mi mente. Tramos corridos, tramos arrastrado, tramos andando, pero todos inolvidables.

Cuando llegamos al Km 50, me lo creo. Miro al reloj y veo que el único regalo que le puedo devolver a mi gran amigo, sería rebajar de las 10 horas, para mejorar su mejor marca en este tipo de carrera. Me crezco y algo se apodera de mi cuerpo. Mis piernas son dos bloques pero yo vuelo y vuelvo a sonreir tras haber realizado un poco antes 5Km casi cadaver. Antes de llegar a Chiva, varias personas de la organización y de Protección Civil nos animan con un flautín y un tambor. Les devolvemos el favor bailando con nuestras piernas rotas y ellos nos lo devuelven con una sonrisa tremenda.

Llegamos al casco urbano y buscamos como locos el tramo adoquinado donde habíamos prometido que entraríamos descalzos. Aquí está el resultado. Felicidad por todos lados:

La carrera SOBRESALIENTE. Impresionante. Gracias a todos, organización, voluntarios, Policía Local, Protección Civil, participantes. Mejor imposible, de verdad. Felicidades.

Me alegró ver a un participante al que nos encontramos faltando unos 9Km con el mismo problema muscular y le dije que aprendiera a convivir con el dolor y que siguiera. Mientras yo ya disfrutaba duchado de mi plato de macarrones, le vi entrar a la zona de duchas con el objetivo cumplido. Otro que ha aprendido mucho.

Información importante: Carrera terminada. Un amigo impresionante. Organización de lujo. Repetiré.
Información poco relevante: 9h 39 min. Puesto 85 en mi primer Ultra.

Estoy feliz. Las uñas y las agujetas me ayudan a recordar los grandes momentos de ayer.