Sunday, December 5, 2010

Trote espiritual por la Gran Muralla

Domingo por la tarde. Recibimos un mensaje de la persona con la que deberíamos reunirnos el lunes por la mañana, cancelándonos la reunión y postponiéndola para el martes. Aprovechando la diferencia horaria, decido realizar mi jornada laboral del lunes a partir del mediodía en adelante.

Domingo por la noche. Busco en internet consejos sobre qué zonas de la Gran Muralla visitar, y cómo llegar hasta ellas. Me emociono. Decido ir a la parte menos turística. Esto huele a aventura de las buenas. Me hago algunas anotaciones en español y en chino para poder entenderme con la gente y llegar a mi destino.

Lunes 5:55AM. Suena el despertador. Empieza lo bueno. Tras abrigarme hasta las orejas, bajo al 7 Eleven y me nutro de algo de comida y bebida para el día. El termómetro marca 2ºC. Primer paso, coger un taxi que me lleve hasta la estación de autobuses. De momento mi intento de hacerme entender en chino por escrito funciona.

Al llegar a la estación de autobuses, tengo que buscar el número 916 que me llevará a mi destino. Resulta sencillo, ya que está muy bien indicado. Hay algunas personas haciendo cola, pero subo sin problemas. Son las 6:36AM y ya estoy sentado tras pagar al conductor. Ahora son sólo unos 70Km en autobús, rodeado al 100% de gente local. Ni un sólo rasgo occidental. Había leido que tenía que llegar hasta la última parada y allí bien en taxi o bien en mini-bus subir hasta la muralla. También había leido que durante el trayecto, en cada parada subirían al autobús a intentar bajarme y subirme en vehículos particulares. Quizá porque era el único que limpiaba el vaho de los cristales, los cazadores de turistas me identificaban muy fácilmente e intentaban subir a por mi, aunque el conductor se negaba a dejarles subir.

Cuando ya creo que he superado la segunda parte de la aventura, uno de los viajeros del autobús, se me sienta al lado y me da algo de conversación en algo parecio al inglés. Inocente de mi le voy dando algo de confianza y al final me convence para que me baje en la siguiente bajada, ya que es la última y después el bus girará hacia la derecha volviendo a Pekín. Pues nada, bajo del bus y de repente este supuesto amigo esboza una gran sonrisa y me dice, quedan unos 25Km hasta la muralla, pero yo por un módico precio te puedo subir hasta la Muralla. Tras mostrarle mi cabreo de forma muy occidental y decirle que por mucho que insistiera aunque quisiera subirme gratis, no lo haría, se me encendió una bombilla. Al otro lado de la calzada vi un mini-bus conducido por una señora que transportaba a trabajadores del campo. Le pregunté si me podría subir y tras negociar un poco el precio, accedí y allí me vi con otras 10 personas compartiendo sonrisas ya que era lo único que hacíamos para comunicarnos respeto y alegría.

Ya estoy arriba. La señora me dice que la otra persona que queda ahora mismo en el mini-bus es su padre y que le acompaña durante todo el día. Me muestro respetuoso y me acompañan los dos hasta la taquilla de la Muralla. Ya estoy más cerca. Existe la opción de subir en telesférico o telesilla y bajar por un tobogán gigante, pero yo decido hacerlo todo a pie y a ser posible trotando. Antes de empezar, me quito algunas capas de ropa, ya que las necesitaré para combatir más tarde las bajísimas temperaturas, por debajo de los 5ºC bajo cero.

Menuda pinta para tan gran momento.

Desde la entrada hasta la muralla, hay unos 4Km de subida mediante escalones que sirven de calentamiento. Ya en el primer escalón empiezo a acordarme de los míos. Como no en primer lugar de Alice y los peques, a los cuales no olvido ni un sólo segundo y a los que grabo varios videos durante la aventura para intentar compartir con ellos al máximo mis sensaciones.

Al haber madrugado, tengo el grandísimo privilegio de disfrutar durante toda la primera hora de la Muralla sin encontrarme a nadie. Increible. Momento espiritual e indescriptible. La Muralla no da mucha tregua y es dura. Mucho escalón, gran desnivel e incluso peldaños inclinados lateralmente. Yo hasta donde puedo, intento trotar todo el rato y sólo hago paradas para disfrutar del momento o para recuperar el aire tres segundos. Mientras troto, me siento un gran afortunado y en cada paso me voy acordando de tanta gente, mi familia, mis amigos,... sobre todo del Pez, el resto de la familia Tri-life, NativoJaime y mis compis del Team Trainer de Miami. Seguro que ellos disfrutarían a tope como lo estoy haciendo yo. Qué pasada.

Uno de los tramos de subida. En total 23 torres y 3.8Km.

Según me voy encontrando a gente, se sorprenden de que esté corriendo e incluso alguno me muestra su mayor respeto por lo que estoy haciendo. En total contando la subida y bajada, algo más de 15Km. En la parte más alta, incluso me encontré para mi asombro, nativos vendiendo bebidas y souvenires. Un frío que pela pero no dejan de sonreir. Lástima que estuviese tan nublado el día. Aún así, esto no tiene precio. Ya a punto de recorrer en ida y vuelta todo el tramo de muralla, me tuerzo un tobillo de forma muy brusca. Qué mejor sitio para hacerse un esguince. Como diría mi amigo Pez, sonrío. Sólo me quedan 4Km de bajada por escalones hasta la entrada.

Mi Camelback de última generación. Doy fé de que los bolsos de Zara son de calidad. Aguantó la jornada sin quejarse.

Tras bajar los 4Km con dolor pero sin dejar de disfrutar por las 2:30h de experiencia inolvidable, busco un aseo para lavarme y cambiarme de ropa. La aventura sigue. Ahora necesito que alguien me baje hasta el pueblo por donde pasa el autobús. Todos los taxistas, mini buses y demás están comprometidos con sus clientes y nadie puede bajarme. Al final tras preguntar, se empiezan a ofrecer los vendedores de souvenires para bajarme pero intentan aprovecharse de la situación. Decio alejarme un poco de la zona más concurrida y me encuentro de nuevo a un chico que bajaba a cinco personas trabajadoras hacia el pueblo. Me monto con ellos, llego al pueblo, cojo el autobús, llego a Pekín, taxi y al hotel. Misión cumplida y experiencia inolvidable.

Perdonar por el tostón de hacerlo tan largo, pero aunque incluso 13€ que fué lo que pagué por todo lo contado, hay cosas que como dice el anuncio no tienen precio, y esta sin duda es una de ellas. Totalmente recomendable.

4 comments:

  1. Alto y espigado, ¡lo sabía!. Qué emoción me transmites... Que sepas que gracias a ti yo también he trotado por la Gran Murala, y me he ahorrado los 13 pavos.
    Cuídate y sé feliz.

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  2. ¡¡¡¡Que emocionante Jesús!!!!!
    A uno se le pone la piel de gallina
    y se siente en medio de la selva en un
    minibus rodeado de chinos sin dientes,
    o corriendo por una muralla china mojada
    y helada, incluso me duele el tobillo ahora :)))).
    No quería que se acabara nunca tu relato.
    Gracias por compartirlo....máxima envidia sana.
    QUE CHULADA!!!!

    Un abrazote!

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  3. no puedo decirlo más fino... PEDAZO DE CABRÓN! Qué envidia

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  4. Nativo, una señal haberme reencontrado contigo justo antes de ir. Eso de ser feliz, va mucho con ellos y contigo que siempre me recuerdas que lo sea. Tras Chiva nos vemos seguro para trotar un poco.

    Amigo Pez, te prometo que aunque estaba sólo, llevaba mucha compañía. Me acordé mucho de ti. La experiencia una pasada. Momentos inolvidables.

    Juankir, te prometo que algunos peldaños llevaron tu nombre, así que cierra los ojos un rato y verás cómo te ves allí. Un abrazo y espero que estés mejor.

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